ESPIGAS

"Espigas"


Te sonreíste y me hablaste de cosa ninguna
y sentí que por ello había esperado largo tiempo.
Rabindranath Tagore

...y aquel mate nocturno que me diera
una muchacha cuya boca suave
daba un beso primero a la bombilla
como manera de poder besarme...
Del poema “Digo el mate” de Antonio Esteban Agüero


...Miró. Miró por último y quiso hablar....
...Oídme. Todos pusieron su delicado oído.
Oídme. Y se oyó claro, cristalino, el silencio.
Del poema “El moribundo” de Vicente Aleixandre

...Y tú, Juan ¿cómo estás? Y tú allí ¿cómo estás?
y tú seguías callando
y tú callabas de una manera extraña como diciendo
tu silencio
y tú callabas volviéndote a morir para decirlo...
Del poema “La casa encendida” de Luis Rosales

...LAS PERSONAS QUE NO CONOCEN EL DOLOR SON COMO
IGLESIAS SIN BENDECIR...
Del poema “La casa encendida” de Luis Rosales

...Mujer, piedra del sueño, umbral de todo el canto...
Del poema “Itinerario de la compañera” de Edgar Morisoli

¿Quién ha matado a este hombre
que a su vez está enterrado?
Hay muertos que van subiendo
cuando más su ataúd baja...
Del poema “Aire durando” de Manuel Del Cabral

...¡Catedral de los Pájaros!...
Del poema “Cantata del Abuelo Algarrobo” de Esteban Antonio Agüero

...Bendecidos de savia entre el follaje,
¡cuántos pájaros le templan el silencio!...
Del “Poema para decir un árbol” de Lydia Alfonso

...Si la voz se sintiera con los ojos
¡ay, cómo te vería!...
Del libro “La voz a tí debida” de Pedro Salinas

…Él veía más claro que sus ojos celestes…”
Del poema “Canción rota” de Norberto Corti

...Y uno escribe la carta prometida...
Alguien la espera, lejos...
.......................Y la distancia
se mide por la arena del silencio, la arena
oscura del silencio, solitaria...
Del poema “Ni paloma, ni río” de Edgar Morisoli


...Igual que si en mi mismo
encontrara de pronto un compañero
me resulta la dicha de quererte...
Del poema “Cartas” de Nazim Hikmet


...porque los militares se hacen cargo
del supremo poder y distribuyen
con disciplina y orden la miseria
porque unos cuantos hombres se reparten
el café las bananas y el petróleo...
Del poema “Editorial y llanto” de Ario Garza Mercado

Contra las sombras largas mi corazón pequeño
siempre dejó en la noche su lámpara encendida.
Del poemario “Tiempo de soledad” de Lydia Alfonso

...En una mano caben cinco dedos,
y entre los dedos un puñado de semillas,
en las semillas,
todos los bosques del verano...
Manuel Serrano Pérez

...No dormir esta noche si hay un niño en la calle...
Del poema “Hay un niño en la calle” de Armando Tejada Gómez

…solamente cuando nadie podía escucharte dabas “gracias” a las flores…
Del libro “Sueño de una noche de verano” de Yannis Ritsos

…inventar una rosa donde pudiera dormir un melancólico haz de luz encerrado en la habitación vacía del aroma…
Del libro “Sueño de una noche de verano” de Yannis Ritsos

…la plaza usaba un sol lleno de niños..,.
Del poema “En el ojo, la muerte” de Lydia Alfonso

Sólo TU amor pudo dejarme
exhausto de júbilo
trinfante en tu victoria
dichoso en mi derrota.
Del libro “Textículos” de Fernando Aloras

Cuando supe que el corazón
tenía cuatro compartimientos me dije:
he aquí más espacio para el amor.
Del libro “Textículos”! de Fernando Aloras

Tú que puedes llorar, piensa en la ronca
tragedia de los hombres que no conocen lagrimas…
¡Ah qué triste, qué triste no saber de infinito!
Del libro “Cuatro cantatas” de Edgar Morisoli

…es tiempo de decir nuestra mínima palabra
porque mañana nuestra alma se hará a la vela…
Del libro “Cuadernos de Bitácora II” de Yórgos Seféris

…El que quilombizó la taquería
la vez que cayó en cana en la tercera,
cuando escribió en una pared fulera:
¡Quevedo volverá!...La Poesía
Del poema “Yo soy aquel” del libro “Sonetos mugres” de Daniel Giribaldi

Lo que te hace presente
para mí, es el ardiente rodeo
que una lenta ternura
va en mi sangre escribiendo.
Del poema “Retrato interior” de Rainer María Rilke

…Lloremos. ¡Ah! Lloremos
purificantes lágrimas,
hasta ver disolverse
el odio, la mentira.
y lograr algún día
-sin los ojos lluviosos-
volver a sonreírle
a la vida que pasa.
Del poema “Azotadme” de Oliverio Girondo